CRÓNICA DE UN VIAJE A LA JUSTICIA

El lunes 12 de noviembre amaneció gris en barrio Ituzaingó y en poco tiempo la lluvia se apoderó de las calles. El chaparrón y los ríos de  agua lograron demorarnos, pero sólo un poco, no iban a impedir que partiéramos alrededor de las 9.30 rumbo al pleno centro de la ciudad de Córdoba, más precisamente, a la calle San Jerónimo 258.  Allí el Poder Judicial de Córdoba inauguró en 2017  la nueva sede del “Fuero de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género; y el Fuero Penal Juvenil”.

 La iniciativa surgió del profesor y abogado César Vergelli,  lxs elegidxs  para la salida educativa fueron lxs estudiantes de quinto c. Acompañaron  a la tropa de jóvenes, lxs docentes Ramiro Vera y Vanina Magiora.

El colectivo nos dejó a unas cuadras. Cuando llegamos al lugar nos recibió amablemente la Dra. Laura Morelli. Nos hizo pasar al edificio, un establecimiento que luce moderno y amplio. Nuestro destino quedaba en el piso 8, el último. En planta baja y los pasillos se notaba un ambiente de tenso silencio, luego nos explicarían que por allí rondan temas muy sensibles: la violencia familiar, la violencia contra la mujer por cuestiones de género; la infancia en situación de riesgo; y el tratamiento de niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley penal.

Luego de subir por  el ascensor hasta el piso 7,  tomamos  las escaleras hasta el octavo, atravesamos unas oficinas y arribamos a una amplia sala, con una gran mesa y sillas dispuestas por todo el perímetro. Nos esperaban con criollos, galletitas y gaseosas; una indisimulable expresión de júbilo se apoderó de todxs. Nos acomodamos en el espacio. Una ansiedad nos recorría. La charla fue iniciada por la Dra. Laura Morelli. La jueza estaba terminando unas labores  y pronto estaría con nosotros.

Laura comenzó presentando algunas cuestiones sobre el Poder Judicial. Recalcó la importancia del acceso democrático a través de los concursos públicos, cuestión que no lleva más de 15 años en Córdoba. Además, informó sobre los requisitos para concursar, haciendo hincapié en que, con esfuerzo  y pasión, cualquier estudiante de derecho puede aspirar a entrar.

Hay una visión de derechos humanos que rige su labor. La idea no es castigar sino ayudar a los jóvenes en conflicto con la ley penal. Se busca la reinserción social.  Se estudia cada caso en detalle, se analizan las carencias  y las  historias de vida

Luego Laura, ante inquietudes de lxs estudiantes sobre los menores y las condenas ante delitos, aclaró que específicamente su área de  trabajo es preventiva y no penal. Expresó que hay una visión de derechos humanos que rige su labor. La idea no es castigar sino ayudar a los jóvenes en conflicto con la ley penal. Se busca la reinserción social.  Se estudia cada caso en detalle, se analizan las carencias  y las  historias de vida. Aclaró que su trabajo se rige por la ley 9944  (Promoción y  Protección Integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en la provincia de Córdoba) e informó, además, que un joven es inimputable hasta los 15 años, y con 16 y 17 se lo considera imputable, aunque con penas bastantes menores a las de un adulto que tiene 18.  El profesor Vergelli intervino para recalcar que se debe mejorar el sistema que se encarga de los jóvenes en conflicto con la ley penal, y puso como ejemplo El Complejo Esperanza, se trata de un lugar para “desechar chicos”, sentenció.

Para adentrarse  en al ámbito más específico de su labor , Laura, introdujo la problemática de la violencia familiar y de género, encuadrada por la ley 9283  (ley de violencia familiar) y las modificatorias en 2016 (ley 10400) que incluyó, entre otras cosas, la violencia por cuestiones de género.

En medio de un ambiente de escucha e intercambio, de repente se abrió la puerta e ingresó una mujer risueña y joven, resuelta pero de formas y ademanes afables. Pronto se ganó al auditorio, había en ella gran capacidad de oratoria, con un lenguaje fluido y coherente, sencillo y técnico a la vez, pero  nunca  aburrido. Se trataba de Laila Córdoba, una de las magistradas más jóvenes en Córdoba, titular del  Juzgado de Niñez, Juventud y Violencia Familiar desde el año 2015. En  2017 tuvo resonancia mediática ya que fue la primera jueza en Córdoba en dictar una medida cautelar que estipulaba el uso de tobillera para un presunto agresor en un caso de violencia de género.

Laila nos saludó a todxs, se presentó, y rápidamente implicó al auditorio, interpelando a lxs estudiantes. Enmarcó su trabajo y dejó en claro que ella se encarga de tomar medidas cautelares, orientadas a proteger las víctimas de violencia, entre ellas: restricciones perimetrales, botón antipánico, tobilleras. Ante las dudas de lxs estudiantes, la jueza dejó en claro que las mujeres también pueden ejercer violencia sobre los hombres, pero inmediatamente sentenció que las estadísticas mundiales demuestran que la violencia sistemática se da de los hombres sobre las mujeres. El sistema  por mucho tiempo no protegía a la mujer pero luego hubo una reacción del Estado, explicó. La magistrada reconoció grandes avances en los últimos años tendientes a brindar mayor protección a las mujeres. Consideró importante incorporar a la violencia por el género de una persona. Además, resaltó la figura del Feminicidio a nivel nacional, aclaró que es calificativo que agrava la pena.

Destacó como positivo que ya casi no se hable de crimen pasional, además, instó a los estudiantes a romper con la idea del amor romántico, ya que reproduce estereotipos sociales y, en ocasiones, es semilla de violencia.

Al margen de las cuestiones penales, la jueza hizo  hincapié en la importancia de la cuestión cultural y educativa para enfrentar la violencia de género. Destacó como positivo que ya casi no se hable de crimen pasional, además, instó a los estudiantes a romper con la idea del amor romántico, ya que reproduce estereotipos sociales y, en ocasiones, es semilla de violencia. Exhortó también a vivir relaciones donde se compartan las responsabilidades, y ya no pensar al hombre como el que ayuda en la casa a la mujer, o ayuda en la maternidad y cuidado de lxs chicxs.  Le preguntamos por la ESI (Educación Sexual Integral) tan en discusión por estos días. Destacó su importancia, aunque aclaró que rechaza posturas extremas y aboga por la tolerancia, ya que se trata de cuestiones delicadas y complejas. En ese momento Paloma, joven inquieta, miraba inquisitiva a  la jueza. Le preguntó hasta qué  punto la tolerancia no es  muchas veces una cuestión de poder entre el hombre y la mujer, o entre los fuertes y los débiles.  El profesor Vergelli se sintió orgullosa de su alumna, y aclaró  que muchas veces la tolerancia es una cuestión de poder y de asimetría (“te tolero porque tengo poder sobre vos”), y más bien, defendió  el concepto de respeto entre las personas.  La Jueza escuchaba atenta y asintió.  Retomó su alocución  y destacó que, más allá de la ESI, nuestro país se rige por tratados y convenciones internacionales, como la Convención sobre los Derechos de los Niños. Destacó la ley de Identidad de Género 26.743. En ese sentido, instó a “destruir” los conceptos  binarios (hombre-mujer/ papá-mamá) caducos en un mundo diverso y complejo. Resaltó el rol de la educación en la tarea de cuestionar al patriarcado. Por eso, enfatizó, que el tratamiento que llevan a  cabo  en el juzgado es  psicosocioeducativo.  Nos contó que llevan a cabo tratamientos con los  varones y que existe el Centro Integral para Varones donde se dan terapias grupales socioeducativas. También se brindan tratamientos para mujeres víctimas y que ejercen violencia. Por último, resaltó la importancia del trabajo en red entre instituciones, y entre los fueros de familia y penal.

Eran cerca de las 12 del mediodía cuando concluyó la charla. Se notaba en los semblantes  y comentarios de los estudiantes que había  sido un intercambio intenso e interesante. Antes de despedirnos, por supuesto, no podía faltar la foto del todo el contingente para retratar la jornada, exigencia de la Revista Educando. La jueza nos despidió, debía continuar con las audiencias.

Afuera, sobre calle San Jerónimo, caía una leve lluvia, suficiente para resultar molesta, pero insuficiente  para impedirnos nuestro próximo objetivo: almorzar algo rico. El punto elegido por los chicos y chicas fue el Patio Olmos. Hacia allá rumbeamos. En el patio de comidas cada quien degustó lo que  quiso, los estudiantes optaron por hamburguesas y papas fritas, lxs profes por una contundente pasta. Hubo tiempo para tomar un helado y jugar al pool. Entre risas y charlas, mientras una joven  se disponía a embocar una bola en la tronera, el aire que se respiraba tenía un sabor particular, algo había cambiado en ella, eso fue suficiente para que esta crónica merezca ser escrita.

 

Profesor Ramiro Vera Pingitore

3 thoughts on “CRÓNICA DE UN VIAJE A LA JUSTICIA

  • 20 noviembre, 2018 en 4:12 am
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    Muy enriquecedora en todo sentido. Gracias a todas las personas que hicieron posible éste viaje

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  • 20 noviembre, 2018 en 11:25 pm
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    Desde la Justicia, un fuerte abrazo, y gracias por visitarnos e interesarse por lo que hacemos.

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  • 24 noviembre, 2018 en 11:44 am
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    Fue un placer recibir a tan maravilloso grupo de jóvenes y profesores con sólida formación y perspectiva de genero. Un cálido abrazo☺

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