NOMBRARNOS PARA EXISTIR

El lenguaje se construye y las palabras hacen que las cosas, los nombres y la comunicación exista, es decir, lo que no se nombra, no existe. Al informarnos sobre el LENGUAJE INCLUSIVO, entendemos que si solo se nombra al varón y se usa el lenguaje genérico masculino, se excluye a los otros géneros.

Entrevistamos a la Lic. en Psicología Mariela Yesuron y nos cuenta sobre lo importante que es informarse y conocer sobre las nuevas forma hablar, para visibilizar a todas las personas.
Para comenzar a introducirnos en esta misteriosa temática, nos hicimos muchas preguntas acerca de cómo hablamos hoy los y las jóvenes y de donde surgen las palabras. También pudimos ver que muchas de las cosas que decimos están en masculino, uno de los ejemplos más comunes es cuando habiendo cuatro mujeres y un hombre llamamos a ese conjunto «grupo de amigos» siendo las mujeres mayoría.
Por suerte tuvimos la oportunidad de consultarle a una profesional y estudiosa del tema,  quien nos explicó claramente lo siguiente: «Algo existe a partir de que se lo nombra y se lo define como tal, eso es el lenguaje, es decir, el lenguaje es un sistema de clasificación, un sistema que ordena, divide, categoriza y pone nombres, muchos filósofos del lenguaje dicen que lo que no se nombra no existe».

Algo existe a partir de que se lo nombra y se lo define como tal, eso es el lenguaje, es decir, el lenguaje es un sistema de clasificación, un sistema que ordena, divide, categoriza y pone nombres, muchos filósofos del lenguaje dicen que lo que no se nombra no existe».

Al pensar en las palabras que menciona la Licenciada, nosotras las jóvenes pudimos observar que categorizamos a las personas y las etiquetamos dependiendo de su apariencia física, como por ejemplo: al que tiene plata es «cheto» y el de clase baja el «villero», así como lo que no se nombra no existe, vamos creando las palabras colocándonos etiquetas entre nosotres.
Así entonces aparece ese mundo dividido entre seres humanos parlantes, seres que hablan, que son nombrados al nacer como varón o como mujer y eso es de algún modo condicionante de cómo se constituye esa persona según esos roles que se les asigna.
Entendemos que la lucha por el lenguaje inclusivo es la lucha por usar un lenguaje más justo, menos violento, esto es, un lenguaje que no sea utilizado contra nadie como arma de exclusión, sino como herramienta para un mundo más igualitario.
En la medida en que yo sigo utilizando el genérico masculino nombro a «todos» como varones y así excluyo a «todas» las mujeres o a «todes» las personas, reproduzco la hegemonía masculina.
La lengua española tiene sexo y es masculino. Se alinea con una visión del mundo que parte del hombre, y no del ser humano como centro.
“En la medida en que yo sigo utilizando el genérico masculino nombro a «todos» como varones y así excluyo a «todas» las mujeres o a «todes» las personas, reproduzco la hegemonía masculina”, nos comenta Mariela. 

“En la medida en que yo sigo utilizando el genérico masculino nombro a «todos» como varones y así excluyo a «todas» las mujeres o a «todes» las personas, reproduzco la hegemonía masculina”

El uso genérico del masculino, que es el uso «natural» del lenguaje en español estaría no mostrando, haciendo invisible a las mujeres. 
Comenzar a pensar en el lenguaje inclusivo, es decir no solo pensar en términos binarios si no que puede haber diversidad de género, implica el uso del «@» (arroba), el «*» (asterisco) y la «X» (equis). En el lenguaje hablado, el uso de chiques, por ejemplo hace que se puedan incluir las personas que no son o que no encajan en la clasificación binaria tradicional de hombre o mujer. 
Para empezar a usar el lenguaje inclusivo y hablar de «todes» con esta «E» que incluye a las minorías deberíamos primero poder entender como sociedad lo mal que hacemos al usar nuestro lenguaje actual y excluir a las mujeres y a la comunidad LGTB.
A través de hablar de otra manera estamos creando condiciones diferentes, queremos decir, inclusivas.

Periodistas de quinto c tt: Delera Paula, Rivero Micaela, Olmos Ximena, Crespo Candelaria.

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