LA VIOLENCIA DE GÉNERO, UN FLAGELO QUE NOS ATRAVIESA COMO SOCIEDAD

En nuestra sociedad actual el maltrato está cada vez más latente, es un problema social que está creciendo día a día. La violencia de género actualmente no ha disminuido, a pesar de las campañas realizadas desde el Estado, porque los mecanismos de prevención y seguridad son insuficientes para atender el problema.

Cifras negras

Actualmente en la Argentina una mujer es asesinada cada 30 horas. Según un relevamiento hecho por el diario La Voz del interior en la provincia de Córdoba, hubo  hasta mediados de octubre del 2016 más casos que en todo en 2015, con 16 femicidios. En el 2014 hubo 15 casos y en el 2013 se produjo la peor cifra con 27 muertes.

No alcanza con el botón anti pánico 

El sistema de botón anti pánico funciona a partir de  una triangulación: el botón se acciona, avisa al centro de monitoreo y desde allí a la comisaría. Para facilitar la operatividad para estos casos se decidió hacerlo mediante celular y, que directamente se puedan comunicar al 911 o al 101. El botón no fue pensado como una solución, sino como una herramienta, al igual que un teléfono. Según datos oficiales  ingresan 2 ó 3 casos de violencia por día a un Juzgado de Paz. Pero la herramienta no ha sido efectiva porque el sistema ha presentado deficiencias.

«La orden de restricción sirve pero no es suficiente. Falta un análisis integral de la realidad cotidiana de la víctima de violencia de género. Se necesitan estrategias interdisciplinarias de asistencia», sostuvo en el diario La Nación Fabiana Tuñez, directora ejecutiva y fundadora de La Casa del Encuentro (organización que lleva adelante distintas acciones en torno a los derechos de la mujer). «Tiene que ver con una falta de capacitación efectiva a todas las personas que intervienen ante una denuncia por estos hechos. Por ahora sólo hay medidas aisladas, y el proceso sigue siendo engorroso para la víctima», sentenció Tuñez.

Por eso mismo, consideramos que  al problema de violencia habría que atacarlo desde otro lugar, desde la causa, ya sea acompañando a las víctimas, brindando un hogar de tránsito y además hay que quebrar con la situación de control que ejerce el victimario sobre la víctima, ese control psicológico que sucede fundamentalmente  cuando la víctima vive como algo normal algo que es anormal.

Ilustración de Julio Ibarra

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